El régimen de las transnacionales en la zona fronteriza de Los Chiles    

Por Dany Villalobos (FECON). La zona fronteriza de Los Chiles se ha convertido en territorio de las transnacionales agrícolas. A partir de los años 80´s, cuando el ajuste estructural impulsó la llamada reconversión productiva, se inició con la profunda transformación social y ambiental de este cantón fronterizo, que dibuja hoy un escenario crítico para las comunidades que se habían establecido previamente en la zona.

La expansión de la Tico-Frut en Zona Norte desde los 90´s significó una actividad económica que captaba mano de obra pero temporal entre diciembre y mayo,  pero la última década, las piñeras se han adueñado del territorio. Su régimen de explotación llegó a arrasar con los bosques remanentes de esta zona donde previamente la ganadería había colonizado. Además, el drenado e invasión de humedales se volvió frecuente y desastrosa ecológicamente, al igual que lo ha sido en Caño Negro.

La ausencia estatal y municipal no solo es notoria en las limitaciones de servicios básicos como salud, agua y educación. El desastre vial como impacto de la dinámica agroexportadora es notoria: calles en pésimo estado en la época climáticamente “menos crítica” del año, y flujos de camiones que aturden desde las 2 de la madrugada son el día a día de estas comunidades.

La explotación laboral por la libre: el régimen ideal del modelo corporativo de las transnacionales. Capitalistas enriqueciéndose con la mano de obra precaria y expuesta a todos los riesgos ambientales de los agrotóxicos, por salarios por debajísimo del mínimo, que por si fuera poco, es manoseado al antojo por los contratistas que cobran su peaje antes del pago. Un 95% de los trabajadores de piñeras proceden de pueblos nicaragüenses cercanos.

Para Roger Altamirano, un vecino de Santa Fé que lucha por los derechos comunales frente a las amenazas de esta situación, la falta de controles estatales es el problema principal de todos los problemas que se pueden enumerar en la zona. La milla fronteriza se ha convertido en tierra de piñeras, la policía se hace la ciega con las condiciones de trabajo ilegal de las empresas que explotan mano de obra indocumentada.

Como luchador voluntario por su comunidad, Altamirano resalta su descontento con las instituciones como la policía y la municipalidad, a cuyos funcionarios el pueblo sí les paga sus salarios para cumplir las leyes del país, pero no actúan en lo mínimo para regularizar la situación. Son como agentes de las piñeras porque no hacen nada, aparte de que pagamos más impuestos nosotros que Tico-Frut o Exportaciones Norteñas, señaló.

El desastre ambiental y social provocado por las piñeras en Los Chiles continuará vigente mientras el Estado tenga tan escasa presencia para atender este territorio y a la Municipalidad no le interese resolver nada y solo en elecciones aparezcan sus personajes. Lamentablemente, el régimen de las transnacionales lo que genera es más pobreza, dependencia económica, tráfico ilegal de personas y riesgo de enfermedades por la destrucción ambiental.

Este régimen que se describe es quizá la construcción ideal del libre comercio, al menos a sus teóricos no les ha incomodado nunca la situación, las desigualdades, y viven de ellas. Pero las organizaciones con conciencia social y ecológica debemos reclamar a los gobiernos neoliberales que desfilan por la alfombra roja capitalina y mediática, tapando cada cuatro años con su careta democrática las botas barrosas de los pueblos trabajadores. Nuestra aspiración debe mantenerse haca una transición justa de sistema: hacia la justicia social y ambiental y la destrucción de la miseria creada por el capitalismo y sus capataces.