Puntarenas: Trasformando el territorio desde las alianzas comunales

1 de septiembre, 2021

La Alianza de Comunidades por la Defensa del Agua en Puntarenas nació el 10 de mayo del 2015 en Guacimal, originada por representantes de organizaciones comunitarias de Guacimal, Santa Rosa y Aranjuecito de Puntarenas. Fue motivada por la defensa de los ríos frente a proyectos de riego promovidos por el SENARA, para favorecer sociedades privadas donde figuran grandes empresarios de la zona que toman hasta el 90% del agua de los ríos para su beneficio privado.

Después de arduas luchas, se lograron revertir los permisos del proyecto de riego sobre el rio Veracruz en Guacimal. Pero no se pudieron contener los proyectos en los ríos Aranjuecito y Acapulco, cuyos permisos ambientales y concesiones de agua han blindado estas lamentables injusticias ambientales en dos pequeños ríos de nuestras montañas puntarenenses. El principal logro de esta etapa fue exhibir los mecanismos de privatización del agua y crear conciencia en las comunidades rurales de que la lucha por los ríos era una lucha justa y que apenas iniciaba.

Manifestación de la Alianza en Sardinal de Puntarenas. 14 de diciembre de 2015

Multiplicando las fuerzas

En el 2018, la Alianza tuvo un resurgimiento. Líderes comunales de otros pueblos alertaron de las amenazas de las actividades mineras en los cauces de los ríos Guacimal y  Lagarto. La representación intercomunal crece habiendo personas de 9 comunidades más: Chomes, Judas, Malinche, Orocú, Jarquín, Coyolito, Punta Morales, Manzanillo y Abangaritos se suman a la lucha por los ríos y el territorio azotado por la explotación, las desigualdades de acceso y las sequías.

Mapa de las cuencas donde opera la Alianza de Comunidades

Un año completo de formación y fortalecimiento, con el acompañamiento de programas de acción social de universidades públicas configuró mejor los objetivos de la Alianza. Tanto Apoyos Comunitarios de la Sede del Pacífico como Kioscos Sociambientales se sumaron por parte de la Universidad de Costa Rica (UCR), mientras el Centro de Investigaciones en Cultura y Desarrollo (CICDE) participó desde la Universidad Estatal a Distancia (UNED).

El desafío principal era sostener un proceso intercomunitario con personas de bajos recursos económicos, que se encuentran separadas por hasta 30 kilómetros de distancia entre sí y sin servicio de transporte público que facilite la interconexión del territorio. El apoyo de los proyectos de acción social, extensión docente e investigación inter-universitaria fue vital para superar esta barrera inicial y fortalecer las capacidades colectivas.

La Federación Ecologista (FECON) también se sumó al esfuerzo de fortalecer este proceso organizativo desde su inicio, y durante 2018 apoyó en la organización de encuentros ecologistas en los que se discutió sobre el modelo de concesiones de agua y minería en los cauces de los ríos Guacimal, Lagarto y Abangares, que son las tres principales cuencas donde actúa esta Alianza de Comunidades puntarenenses.

Encuentro sobre Concesiones de Agua en Punta Morales, 2018.

Construyendo capacidades para informar

En Guacimal, con varios años de lucha organizada, se habían formado ya los colectivos de La Feria de Guacimal, con el respaldo del Centro Demostrativo de Sostenibilidad, y la Asociación Comunidades Unidas para el Desarrollo Sustentable (COMUNIDADES) con la misión de impulsar proyectos de economía comunitaria. Estos grupos participaron de procesos de capacitación en producción agroecológica y comunicación social a través de proyectos como Saberes Comunitarios y Radio Andante, ambos de la UCR.

Comunicadoras comunitarias de Guacimal. Foto del Centro Demostrativo de Sostenibilidad

En el año 2019 las otras organizaciones activas de la Alianza en los distritos de Chomes y Manzanillo, como Asociaciones Administradoras de Acueductos (ASADAS) y Asociaciones de Desarrollo, participaron en un proyecto en el que se construyeron mapas de 7 comunidades la parte baja de las cuencas mencionadas atrás. En estas cartografías creadas por la gente y elaboradas por el CICDE, se hicieron visibles multiplicidad de problemas ambientales que rodean y preocupan a líderes comunales.

Taller de mapeo con el grupo de Chomes. Foto: CICDE-Alianza

Para el año 2020, la intención de la Alianza era aprovechar la información mapeada para intervenir dichas amenazas sobre el ambiente desarrollando estrategias de acción colectiva, como organización de grupos temáticos que llevaran adelante las denuncias y su seguimiento, además de actividades informativas en las comunidades. Pero todo esto se vio interrumpido por la emergencia sanitaria por Covid-19 declarada en marzo.

La interrupción de los procesos intercomunitarios de encuentro social presencial y las escasas condiciones en la zona para acceder a la virtualidad como medio de reunión, obligaron a la Alianza a una relativa dispersión organizativa. Las ASADAS y Asociaciones por ejemplo, enfrentaron cambios administrativos importantes que tuvieron que atender por el bien de sus comunidades.

Las organizaciones continúan sus proyectos

Puntarenas es un territorio con bastantes problemas de pobreza y desempleo, por ende, la supervivencia en crisis se convirtió en la preocupación prioritaria de muchas personas de la organización. Verónica Sheehan, de Guacimal. ha liderado esfuerzos por romper las cadenas del sistema económico neoliberal que empobrece a los pueblos, empeñándose en buscar caminos para integrar a las comunidades puntarenenses en alternativas económicamente justas.

La co-fundadora del Centro Demostrativo de Sostenibilidad (CDS), cuenta que este proyecto nació en 2014 por una gran necesidad comunitaria de tener un lugar de base físico para realizar actividades para proteger el río Veracruz. “Así se convirtió en un lugar de encuentro comunal. Luego, dio espacio gratuito para que las mujeres y familias de la comunidad tuvieran acceso a fondos propios a través de la venta e intercambios de productos y alimentos en la Feria”, dijo.

Un sábado normal en la feria de Guacimal.
Local de la Feria de Guacimal. Mercado de Cosas Buenas

Ante la paralización del encuentro semanal que significaba esta feria comunal, el CDS optó por continuar sus acciones en el campo del trueque e intercambio económico. “Con apoyo de Glendy Barrantes quien ha asesorado a las organizaciones para fortalecer los modelos de economía justa, se creó un sistema que utiliza el Guácimo (nombre de árbol autóctono) como unidad de intercambio económico para facilitar los trueques”, explicó Verónica.

Verónica nos detalla que “haciendo yunta con la Red de Economía Social Solidaria (RedESS), la Ruta del Trueque Comunitario ha alzado vuelo y alcanzado a familias de otras regiones y comunidades del país. En esta Ruta se mueven más de 80 productos como vegetales, frutas de estación, frijol, café, y muchísimos más. Con este sistema es posible vivir bien sin tener colones en el bolsillo. Pero también se cuenta con servicios legales, dentales, gráficos y algunos otros. Esperamos poder expandir a todo el territorio paso a paso y con la integración de más familias de la misma RedESS y de otras organizaciones. Entre más personas participen, más robusto se hace el sistema.

Desafíos de la Alianza ante la crisis

Para Roxana Flores, representante de Orocú en la Alianza, “La crisis sanitaria vino a limitar la búsqueda de soluciones colectivas a problemas comunales, puesto que hace casi nula la posibilidad de reunirse y tener esos espacios necesarios para  desarrollar nuestros objetivos. Ahora se necesita un plan de acción, para minimizar el impacto de la crisis del país en nuestras poblaciones, históricamente vulnerables“.

Roxana comenta que “en lo local se resiste con la comunicación diaria entre nosotros y nos fortalecemos valiéndonos de herramientas digitales para seguir conectados y en contacto. Tenemos como objetivo crear una base de datos para que aquel que necesite, tenga a mano las herramientas necesarias para desarrollar su proyecto, pero no desde cero, si no desde nuestras propias experiencias y con una asesoría real y precisa”.

Para la representante comunitaria “las recuperaciones que pretendemos, van desde el tema ecológico, como lo son los bosques primarios, cuencas y fuentes acuíferas, además de la solidaridad con territorios indígenas y el derecho de los pueblos a existir dignamente“. Roxana considera que si se cuenta con un equipo fortalecido, tanto en lo económico, como en temas legales, sí sería posible un cambio a gran escala en todos estos temas.

A pesar de las adversidades que enfrentan las comunidades rurales de Puntarenas, acuerpadas en la Alianza, los ideales de una recuperación justa de las fuentes de agua en el país es un tema en el que la Alianza sigue incidiendo activamente. Se mantienen abiertas las discusiones para que desde la gestión pública del agua se respeten los ciclos ecológicos en las cuencas y haya una distribución justa, satisfaciendo prioritariamente las necesidades básicas y erradicando la sobreexplotación.

Una milpa colectiva para el renacer

Para comenzar a romper el distanciamiento humano y recuperar la tradición del encuentro social, algunas personas del grupo sembramos una milpa que será incentivo para volvernos a reunir y retomar el crecimiento que interrumpió el virus”, dijo Walter Solano, representante de Jarquín en la Alianza de Comunidades. La Red de Coordinación en Biodiversidad había donado semillas que se sembraron en un terreno donde la compañera Roxana, en Orocú de Chomes.

Pequeña reunión de líderes de la Alianza en Orocú el día de la siembra del maíz.

Solano considera el valioso aporte de la Alianza a las necesidades comunales de valorar los espacios comunales, la naturaleza y el bienestar social. Para él, la Alianza debería ser un proyecto sostenible, que llene los vacíos institucionales en materia ambiental y que como tal cuente con los recursos necesarios para existir y hacer resistencia a las injusticias del sistema actual.

Saber que hay grandes empresas transnacionales que sólo velan por sus intereses económicos y en el proceso violentan los derechos humanos, sociales, culturales, económicos y políticos de las comunidades, cala mucho. Pensar que cuentan con el apoyo gubernamental y que quienes deben proteger a los más vulnerables ven para otro lado, martillando la vida desde su centro, es algo que nos impulsa a seguir”, dijo Roxana sobre las motivaciones que guían la lucha de la Alianza, una organización clave en la defensa del agua y los territorios comunales al norte del Golfo de Nicoya.

Actualmente la Alianza mantiene sus procesos de lucha ante el extractivismo minero en los ríos Guacimal, Lagarto y Abangares. La denuncia pública, la circulación de información de interés comunal y la articulación con grupos ambientales en el país son algunas de las apuestas de la Alianza para mantener su lucha y crecer, en un país donde las desigualdades crecen cada día y la protección del ambiente se ha quedado en el papel. El llamado es hacia una lucha permanente en todas las comunidades de la zona para defender el territorio y construir bienestar.

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Dany Villalobos – FECON

En el marco del proyecto “Recuperación justa: alternativas con enfoque ecológico“.

FECON-COECO Ceiba Amigos de la Tierra.