Canal Seco: El desplome de los proyectos de conexión interoceánica

El proyecto de interconexión entre el mar Caribe y el Pacífico norte de Costa Rica denominado “Canal Seco” o “Canal Verde Interoceánico”, se ha diluido tras ordenarse su archivo, según el documento CNC-ST-0240-2020 firmado el 20 de abril por el Secretario Técnico del Consejo Nacional de Concesiones.

Este proyecto representaba una ambición histórica de los grandes explotadores de la tierra y traficantes de mercancías de exportación, que tras la aprobación de Tratados de Libre Comercio en la era del neoliberalismo, soñaban ver realizado su megaproyecto de conexión interoceánica que pretendía construir una autopista de 10 carriles y vías férreas en un trayecto de 315 km.

La Federación Ecologista (FECON) celebra la decisión de rechazar esta iniciativa privada, que formaba parte de la agenda del Proyecto de Integración Regional Mesoamérica, con  el que las grandes corporaciones pretenden gobernar en todos los extremos la vida de los países centroamericanos bajo la excusa de inversiones multimillonarias que sólo están en función de sus negocios.

El segundo golpe a la conexión interocéanica en Centroamérica

El modelo desarrollista en la región sufre así un nuevo golpe. El 13 de julio del 2019 se venció el plazo de seis años que la Ley 840 había dado al proyecto de canal interoceánico en Nicaragua para presentar su sustento financiero. Un hecho que los campesinos y organizaciones ecologistas nicaragüenses celebraron el año pasado.

Estamos viendo en Costa Rica un segundo fracaso técnicamente similar. En etapa de prefactibilidad, no ha sido capaz de demostrarse la viabilidad de tales megaproyectos, que son producto de una competencia irracional a escala internacional por facilitar el tráfico de mercancías globales.

Por supuesto que, si las corporaciones pretenden bajar sus costos por el tráfico de mercancías con estos megaproyectos, la recuperación de la inversión por parte de los Estados a mediano plazo sería mera especulación. Bajo este principio es técnicamente imposible analizar los beneficios a futuro en función de costos por las afectaciones reales, mediante estudios con fundamento científico suficientemente serio.

Este proyecto hacía prever graves daños por la fragmentación extensa de los ecosistemas localizados en las áreas de influencia directa e indirecta, algunas Patrimonio del Estado, que son hábitat y corredor de diversas especies, además de los daños sobre mantos acuíferos que provocaría la instalación de toda la infraestructura asociada al corredor.

El canal seco es una falsa solución económica

En estos tiempos ha quedado demostrado el fiasco de la globalización de los mercados y la importancia de los ecosistemas naturales para garantizar nuestra salud. Más bien, es tiempo para recuperar el agua y los suelos que harán falta para suplir de alimento a Costa Rica y que en este momento están acaparados por las mismas corporaciones que apuestan a estos megaproyectos.

Pero los intentos neoliberales de interconexión probablemente no se extingan del todo. Por ahora quedan activas las ampliaciones de carreteras estratégicas para el comercio que apuntan a sostener y acrecentar el modelo de inversión transnacional y mercados de exportación que tienen a nuestros pueblos arrinconados. El modelo desarrollista siempre ha sido desafiante. Celebramos este traspié sin bajar a guardia.