El esfuerzo comunitario de las mujeres en Medio Queso de Los Chiles

Medio Queso (8 de marzo, 2021). El 8 de abril se cumplirán 10 años desde que inició la lucha por la tierra en Medio Queso de Los Chiles. En 2011 se inició la recuperación de la finca de Naranjales Holandeses, un proceso muy duro en el que se reivindicó el derecho de decenas de familias sin tierra a tener un suelo para vivir y trabajar.

En aquel año, las champas de plástico fueron el techo para las familias trabajadoras que enfrentaban las amenazas y los desalojos violentos, que incluían la destrucción de sus cultivos, envenenamiento de sus pozos y hasta los balazos por parte de matones contratados por Elmer Varela, que pretendía apropiarse de la tierra pasando por encima de las familias campesinas.

Yesenia Barraza es la presidenta de la Asociación de Agricultores 8 de abril, y comenta cómo ha sido este proceso de lucha y organización comunitaria en Medio Queso:

¿Cuántas y cómo vivieron la experiencia de 2011 las mujeres que participaron en la toma?

Éramos 317 familias en la toma, de las cuales muchas estaban encabezadas por mujeres. Fue una lucha muy dura por dos años. El primer día, la mayoría que entramos a la finca fueron mujeres. No pudimos ni armar los ranchos, nos devolvieron. A una señora incluso le tiraron un cilindro de gas desde un chapulín, dichosamente no la golpeó.

En el segundo ingreso las mujeres se encargaron de buscar el agua. Inicialmente nos encargamos de cocinar para las 300 personas pero luego decidimos que cada quien debía hacer su rancho y cocinar para su grupo. También las mujeres fuimos el frente de choque durante los desalojos. Tres mujeres fueron heridas con balas de salva en los enfrentamientos.

Las mujeres estaban más aferradas a la lucha por la tierra porque son las que piensan en el futuro de sus hijos. El PANI amenazaba con arrebatarles los hijos por el riesgo que implicaba que los niños estuvieran en una zona de conflicto. Generaron miedo en muchas mujeres y se fueron, pero el riesgo lo provocaba el gobierno y la policía con sus amenazas y desalojos. 

Actualmente ¿cuántas mujeres habitan en el asentamiento que se formó en esta lucha?

De las 140 familias beneficiarias de parcelas, granjas y lotes entregados por el INDER, hay 124 mujeres propietarias o copropietarias.

¿Qué papel han desempeñado en la organización comunitaria del asentamiento?

Al inicio, la mayoría de líderes de los comités fueron hombres. Pero nunca lograron concretar avances a pesar de que iban a San José a supuestas reuniones con diputados y de más que no tenían resultado alguno. Fue hasta que las mujeres comenzamos a dirigir la lucha que pudimos divulgar mejor y conseguir apoyos y ayuda de estudiantes universitarios (también en su mayoría mujeres).

A los hombres les incomodaba que fuéramos las mujeres quienes lideráramos porque les tocaba su ego y rompía los roles tradicionales. Las mujeres plantamos cara al INDER, que se rehuía de dar una solución por estar el caso en conflicto. Nosotras les dijimos que más bien era cuando más se necesitaba su intervención. Insistimos hasta lograr la compra de la tierra y finalmente evitar así los desalojos.   

Actualmente se mantiene la dirigencia de las mujeres en asuntos comunitarios. En la Asociación hay 4 mujeres y 3 hombres. También en el comité del agua somos mayoría. Los hombres usualmente trabajan fuera pero en los trabajos comunales mueven poco. Las mujeres atendemos el día a día los asuntos de la comunidad, las reuniones con instituciones, además de las parcelas y las casas.

¿Qué desafíos enfrenta la comunidad y cómo pueden las mujeres seguir aportando a este trabajo?

El desafío principal es motivar a la comunidad a trabajar unida por el mejoramiento de nuestro espacio común. Somos muchas personas habitando y las zonas públicas hay que mantenerlas, pero lamentablemente pocas personas participan del cuido de estos espacios comunales.

Tenemos áreas designadas para la plaza de fútbol, para escuela, para CENCINAI, para una planta empacadora. Todos estos proyectos junto con el mejoramiento de las calles, la necesidad de concretar la instalación de tendido eléctrico y abastecer al 100% de agua a las personas de los lotes, son los principales retos.

Finalmente, es necesario que el INDER inscriba la totalidad de la finca a su nombre y expropie las 10 hectáreas pendientes para garantizar la seguridad de 8 familias que hay dentro de esa área. Las mujeres continuaremos igual que hicimos desde el inicio, luchando para que todas estas necesidades sean resueltas y tengamos una vida digna y una comunidad organizada y reluciente. 

Hoy el asentamiento de Medio Queso se encuentra rodeado de piñales, que han terminado de destruir los humedales y bosques que existían en la zona. La dependencia laboral de esta actividad en Los Chiles es grande. Las mujeres de Medio Queso construyen desde la comunidad otras ideas para un futuro mejor, con la fuerza que las ha caracterizado en su constante lucha por la tierra en esta zona fronteriza.