Informe sobre visita a Crucitas y la Zona Fronteriza entre Costa Rica y Nicaragua el 3 de Setiembre de 2019

Todos los países que conforman la región centroamericana han sufrido la depredación de sus recursos naturales de forma acelerada e irracional y los impactos ambientales trastocan varios países. En esta región central de América, son comunes los proyectos mineros emblemáticos y con graves daños sociales, económicos y ambientales, como consecuencia de la explotación minera a cielo abierto y/o artesanal.

En este informe, damos una nueva mirada al proyecto Minero Crucitas, que se localiza en el Distrito de Cutris, Cantón San Carlos, en la Provincia de Alajuela Costa Rica, en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua, en la Cuenca del Rio San Juan, región de abundante y riquísima biodiversidad.

Mirada ambiental.

Durante la visita de representantes de FECON al sitio el día 3 setiembre del 2019, nos enfocamos a realizar una valoración visual y documental de los daños ambientales, que se están generando por la explotación minera artesanal, los cuales impactan de manera directa o indirecta a la Cuenca Binacional del Rio San Juan, muchos de esos daños son irreversibles.

Los primeros coligalleros o guriseros llegaron de la zona de Abangares, Guanacaste, Costa Rica, luego la fiebre del oro provocó la invasión masiva de costarricenses en busca de fortuna y aventura que se fue diluyendo. En los últimos años, en los picos más altos de explotación, los que ingresan al sector de Crucitas en territorio costarricense, son “guriseros” nicaragüenses, procedentes de la regiones caribeñas de Nicaragua, además del municipio de Rama y Muelle de los Bueyes, la mayoría de forma ilegal. La actividad minera artesanal, se está dando en el área de Crucitas, en la finca donde se pretendía establecer una mina a cielo abierto y se ha extendido a por lo menos 20 fincas aledañas.

La explotación más fuerte se está dando en un área de al menos 200 hectáreas alrededor de lo que se conoce como “El Pantanal”, sector suamposo que se puede considerar como un humedal, donde existen huellas de una explotación completamente desordenada, con severos daños al suelo, tanto externos como internos. (Ver fotos). Las dos primeras fotos son durante la explotación durante el periodo seco, pero es importante observar la manera rustica como trabajan.

Los daños a los ecosistemas que logramos visualizar durante la visita de campo son severos, entre ellos podemos mencionar: la pérdida total del bosque primario húmedo tropical, el ensanchamiento o deterioro de los desagües naturales, la generación de muchas toneladas de material de relave dispersas, el cambio de uso de suelos lo que da lugar a la presencia de malezas y matorrales, además de drenaje ácidos, la perdida de la belleza escénica, abundante residuos de desechos sólidos y de heces fecales.

Durante el proceso para obtener el oro utilizan mercurio, por lo que la contaminación de suelos y aguas es indiscutible; aguas y sedimentos escurren contaminadas con toneladas de mercurio hacia el Caño Crucitas y el río Infiernillo, cuyas aguas superficiales desembocan en el río San Juan, territorio nicaragüense.

 

Durante el proceso de trituración del oro hacen uso de la técnica conocida como tómbola, utilizando de 2 a 3 onzas de mercurio por tonelada. Dependiendo de la calidad de la broza, una tonelada de broza equivale e 36 o 30 cajuelas, lo que es igual al contenido de 30 bidones con capacidad de 5 galones.

Fuimos informados por varias fuentes que están operando más de 100 tómbolas en territorio nica, en el sector fronterizo de ambos países, en donde procesan material o broza tica, con lo que la contaminación por mercurio es drenada hacia el río San Juan y la comercialización tanto del mercurio como del oro se hace desde Nicaragua.

Mirada social

Se nos informó, que durante la última semana de octubre la policía costarricense, realizó el operativo militar conocido como Lapa 3, con el objetivo de expulsar a los guriseros tantos ticos como nicas. El resultado fue la captura de aproximadamente 200 personas ilegales y algunos legales, estos los entregan a migración nica en el puesto fronterizo Las Tablillas; además lograron incautar 5 vehículos con placas costarricenses además de equipos rústicos utilizados en la molienda, que se mantienen custodiados por la policía de fronteras, en los predios de la finca Vivoyet custodiados por la Policía de Fronteras, que tiene una estación policial permanente en este lugar.

Mirada a la contaminación:

En septiembre de 2018 pasado la Universidad Nacional (UNA), realizo un estudio en la zona de Crucitas y territorios aledaños, levantando muestras de suelos, agua, plantas y peces, obteniendo los siguientes resultados:

De las 94 muestras tomadas en peces 92 de ellas superaban los 20µg/kg de mercurio.

Maestrearon navajuela, junco y además raíces de guarumo, en donde la menor concentración de sitios no impactados directamente fue de 12.6ng/g.p.h. El pasto afectado resulto 15 veces más alta, la raíz de guarumo contiene 50 veces más que otras tomadas fuera del sitio.

Las aguas del caño Crucitas, la concentración de mercurio está por encima de la norma canadiense, la que tiene una concentración máxima admisible de mercurio orgánico para la conservación de la vida acuática de 0.026 µg/l. Todos los sedimentos de los sitios muestreáramos, tienen altos de mercurio.

Es importante mencionar para el caso de Nicaragua, que una de las muestras de peces tomadas aguas arriba de la desembocadura del rio Infiernillo, pez caracidos de la familia Characidae, contenía una concentración de 16 µg/kg, lo que hace suponer que también haya actividad de guriseros sobre las diferentes terrazas del rio San Juan, por parte de la población nicaragüense.

Mirada a la impunidad y a la inacción:

Las autoridades costarricenses, ambientales, de salud y de seguridad, conocen de la situación de explotación ilegal de oro en Crucitas, violación de las leyes ambientales, amenazas a la salud, trasiego de sustancias prohibidas como el mercurio y cianuro, saqueo de las riquezas del subsuelo.

Las autoridades migratorias ticas, saben que un altísimo porcentaje de los coligalleros son migrantes nicas indocumentados, muchos de ellos encontrados infraganti en la explotación minera y detenidos dos, tres y más veces.

Existen varios vehículos, con placa tica, retenidos por las autoridades por trasladar broza para ser procesada en la zona fronteriza y otros lugares.

Esta más que comprobada (Estudio UNA 2018), la contaminación de los ecosistemas por mercurio y los impactos ambientales al terreno, al paisaje a la población circundante.

¿Por qué entonces el silencio? ¿Por qué la inacción? ¿Será que existen intereses, por debajo de la mesa, de grandes inversionistas que están siendo protegidos? ¿Existirá un matrimonio entre autoridades competentes en el tema y las autoridades policiales? ¿será algún negocio en contubernio con personas o autoridades nicaragüenses?

Mientras todo se mantiene en silencio y como si nada pasara, toneladas de mercurio se están vertiendo en los causes de los ríos tributarios del San Juan, envenenado lentamente su cuenca y el mar Caribe donde desemboca.

Marco Tulio Araya y Felipe Ortíz