FECON rechaza la propuesta de reforma de SETENA

(26 de junio, 2020) La Federación Ecologista (FECON) ha comunicado formalmente al Ministro de Ambiente y a la Secretaria General de SETENA que rechaza la propuesta de reforma reglamentaria de SETENA denominada Reglamento de Evaluación, Control y Seguimiento Ambiental (RECSA).

En la misiva enviada el lunes 22 de junio, FECON indica que los planteamientos del RECSA son regresivos ambientalmente. Que elimina o reduce cuestiones centrales de la evaluación de Impacto Ambiental (EIA) y que el texto planteado termina por contradecir u omitir los principios de la Ley Orgánica del Ambiente.

No hay avance en la calidad de participación social. Más bien, la redacción en este apartado es superflua. Esto impide de entrada una adecuada gestión de los conflictos socioambientales, que representan costos indirectos en las EIA por  efecto de vacíos o anticuados procedimientos contrarios al derecho ambiental.

El RECSA viene a suprimir el concepto de Efectos Acumulativos, desconsiderando así cualquier mecanismo para su evaluación. Las actividades humanas no se dan en condición de aislamiento y se requiere fijar medios de control de la capacidad de carga en un territorio. También eliminaría la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) dejando un vacío en evaluación con enfoque de ordenamiento territorial.

Otro elemento crítico son las Auditorías Ambientales, donde se pretende que el auditado pague los Consultores Ambientales que le evaluarían, excluyendo a instituciones y universidades como colaboradoras en auditorías, tal como está establecido actualmente.

Además, de forma inédita, excluye de la EIA a las actividades agropecuarias como ganadería y agricultura. Cabe mencionar que en la primera versión que se conoció en comisión, los umbrales de ganadería y agricultura mostraban graves irregularidades. Es improcedente excluirlas por su alto impacto ambiental.

El RECSA no se basa en criterios ambientales para definir los umbrales de impacto (bajo, medio, alto), que son clave para establecer la ruta de evaluación para cada tipo de actividad. En general, establece una escala dimensional de proyectos muy cuestionable, dejando fuera de obligación de cumplir la EIA a proyectos que podrían generar alto impacto potencial.

Un ejemplo sensible de la irracionalidad ambiental del RECSA es que plantea que las concesiones de agua pasen como de bajo impacto ambiental en todos los casos, cuando sabemos que existen sobreexplotaciones insostenibles y que es uno de los campos que genera mayor conflictividad. El planteo legitimaría un sistema obsoleto de gestión hídrica que se debe cambiar para prevenir conflictos.

Los umbrales están diseñados para subregistrar múltiples actividades sin justificarlo. FECON considera que, por el contrario, con el registro completo de actividades desde la primera unidad dimensional, se incentivan las buenas prácticas ambientales y esa debería ser la política que defienda el MINAE, por responsabilidad ambiental y  jurídica.

Finalmente la FECON recomienda al Ministro de Ambiente y a la presidencia de la Comisión de SETENA, rechazar la propuesta del nuevo Reglamento, por sus múltiples regresiones e inconsistencias y por carecer de avances sustanciales en la regulación de la Evaluación de Impacto Ambiental en el país.

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