Puerto Potrero y los impactos de la transformación turística

Dany Villalobos | FECON. 17/07/2023. El mes de junio visité Potrero esperando entender más sobre el proceso de transformación e impactos derivados del modelo de desarrollo turístico guanacasteco. Un modelo que nació en Papagayo y avanza de norte a sur por toda la costa guanacasteca.

Puerto Potrero se ubica al noroeste del cantón de Santa Cruz. Mediante una extensa entrevista con Leonel Duarte y Judith Moreno, quienes han sido activos líderes comunitarios, abordamos temas territoriales, ambientales y sociales, en un amplio y detallado repaso del cambio histórico.

Conversando con Leonel y Judith en Potrero

Historia e identidad comunitaria

Puerto Potrero se fundó aproximadamente en 1883, siendo un puerto importante para el comercio de las comunidades de Tempate con la ciudad costera de Puntarenas, que durante el siglo XX y por muchos años fue el principal puerto para abastecer a la población del valle central.

Ya no hay puerto ni comercio marítimo de granos básicos, e incluso se conoce ahora al lugar como playa Potrero, evidenciando cómo los pueblos guanacastecos han sido transformados de raíz por la apuesta turística de la oligarquía del país y los capitales extranjeros.

Aunque la identidad guanacasteca y santacruceña está en la sangre y el corazón de los potrereños, la cultura de pueblo agricultor se perdió. Como dicen, ya no se pueden tener ni animales de granja, porque les genera problemas con el estilo de vida urbano y turístico que rodeó y transformó casi de golpe a esta comunidad rural.

También playa Blanca ha sido prácticamente borrada del imaginario por el turismo, siendo sustituida por el nombre de Flamingo, según comentó Leonel. En este lugar hoy se ubica una mega-marina que aumentará aún más el flujo turístico del área.

Es en Playa Blanca donde aún viven las familias de pescadores artesanales de la bahía de Potrero. Eso sí, bajo amenaza de destierro por la aplicación selectiva de la Ley de Zona Marítimo Terrestre (ZMT).

Legalización del despojo costero

En Costa Rica se estableció la Ley de Zona Marítimo-Terrestre en 1977, para complementar los fuertes planes gubernamentales de explotar las costas con turismo a gran escala.

Bajo el supuesto de ordenamiento territorial, se han desplazado comunidades enteras -como las del Polo Turístico Papagayo- hacia fuera de los 200 metros de ZMT, entregando en bandeja de oro el territorio a capitalistas extranjeros.

El modelo de desarrollo ha dado exclusividad sobre la costa a los empresarios. Las economías comunitarias pasaron al margen o se fueron al fondo del mar. Todo empezó a gravitar alrededor del megaturismo desde los 80´s.

Los supuestos 50 metros de zona pública destinados por ley no han sido defendidos por los responsables administrar el ordenamiento (ni las municipalidades, ni el INVU, ni el ICT). Hoy se encuentra sumamente invadida por megaestructuras.

El caso de Potrero demuestra la incongruencia de la Ley con la realidad y la ceguera institucional. De los 50 metros a partir de marea alta, si acaso quedan 20, y los residenciales han puesto muros y cercas en sus frentes y costados.

Imagen: Frente de playa del residencial Surfside en Potrero.

De igual manera se percibe el problema de la invasión en otros sectores como playas Danta y Dantita, donde el Condiminio de lujo Las Catalinas construyó estructuras dentro de zona pública.

Áreas planas anexas a las Catalinas dentro de los 50 metros

En el caso de Playa Dantita, se ha cerrado el camino histórico y ahora se restringe el paso a un largo sendero en medio del manglar, que puede limitar a personas con movilidad reducida su acceso a esta bella playa.

Acceso restringido a playa Dantita

En playa Penca están las casas prácticamente sobre la playa. De hecho, el camino de acceso es por la arena, dentro de la zona pública, lo cual significa una violación a lo que indica la Ley.

Acceso ilícito a zona residencial por sobre la arena en zona pública

Con lo visto en Potrero, entendemos que el modelo de concesiones tiene escasos límites ambientales. El territorio simplemente se adapta a los planos de los arquitectos, que buscan conceptos de lujo frente de playa para mayor lucro.

El modelo de desarrollo turístico no tiene memoria histórica y su única noción de ambiente parece ser la de paisaje, un paisaje que era patrimonio público, y que ahora se puede capitalizar con altísimas rentas para los inversionistas privados.

La vulnerabilidad acuífera

Otro de los temas que preocupan a Leonel, por su labor como presidente de la ASADA de Playa Potrero, es la invasión constante de zonas de recarga por la expansión de las urbanizaciones. Es tal el relajo percibido que incluso se construyó un proyecto rellenando un manglar.

Cuando Judith Moreno inició con el Comité de Acueducto Rural en los 90´s, había unas 35 familias que se iban a abastecer. Hoy son más de 466 usuarios de agua de la ASADA de la comunidad de Potrero, que abastece también a 8 condominios y hoteles. Pero hay dos ASADAS más (Surfside y Flamingo) y varios acueductos ilegales en el mismo territorio.

Cabe decir que la Dirección de Aguas a apadrinado la perforación de pozos mediante la creación de una figura llamada “autoabastecimiento de condominios” y hasta mediante amnistías a los violadores de la ley. Lo que solo genera más presión sobre los acuíferos y contradice el principio científico de la administración pública.

Aunque la ASADA de Potrero ha solicitado a SENARA la información sobre las áreas de recarga acuífera, para que la comunidad tenga los instrumentos técnicos para defenderse del desarrollo mal planificado, no ha habido respuesta o información para la ASADA. Y la presión para más casas y proyectos continúa.

Se considera que si se combinan la impermeabilización urbana de los suelos, que resulta en menor tasa de infiltración, con la alta demanda que produce mayor baja en el nivel freático, y la presión oceánica, se crea una amenaza clara de salinizar el acuífero que abastece los pozos.

Desarrollo y cambio cultural

Aunque Judith Moreno dice que podría identificar los linajes potrereños en la comunidad -lo que sería un lindo proyecto de cartografía social e histórica-, es un hecho que Potrero y sus alrededores es ahora tierra de extranjeros.

Principalmente italianos, canadienses y nicaragüenses, destacan con sus colonias costeras. Pero también estadounidenses y de otros múltiples países. Una comunidad transnacional desarrolla problemas complejos.

Podemos decir que hay múltiples visiones culturales y por sobre todo muchas desigualdades de poder entre quienes sirven y quienes construyen el espacio. Evidentemente los capitales planifican para atraer mercados específicos, pero no para satisfacer necesidades de los locales.

Esto ha provocado que, a estas alturas del juego, Potrero no tenga espacios públicos. Los entrevistados concluyeron que el modelo de desarrollo no aporta a los intereses colectivos. No hay en Potrero ni una escuela digna, y no tienen colegio ni EBAIS.

También se afirmó que los espacios destinados para la comunidad fueron usurpados e inscritos ilegalmente por sociedades privadas. Donde hoy está Surfside, había áreas destinadas al común.

Hoy, en definitiva, más allá de la plaza, el salón comunal y el cementerio, no existen áreas para el desarrollo comunal. Esto deja en evidencia que la Ley de Zona Marítimo Terrestre no prioriza el aprovechamiento comunal del patrimonio público, sino el apropiamiento privado en manos de los grandes capitales.

Una lucha constante

La ASADA de Potrero ha sido un actor clave en la lucha por defender el territorio y patrimonio público. Leonel Duarte ha impulsado varias denuncias contra el cierre de acceso a playas e irregularidades constructivas que amenazan el agua.

En 2013, Acueductos y Alcantarillados (AyA) intentó apoderarse de la ASADA de Potrero, que como administradora del agua tiene un rol regulador del desarrollismo voraz y se toma en serio esa función pública.

A pesar del complicado panorama que rodea a Potrero, la lucha contra el inminente desastre continúa desde la ASADA, buscando alianzas y conciencia para luchar al menos por defender las fuentes de agua y el patrimonio costero, amenazado y vulnerable ante una administración pública ausente y cómplice de este modelo inconsciente, pesado e insaciable.

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Este trabajo es parte del «Diagnóstico de conflictos ambientales en las costas de Santa Cruz, Guanacaste» FECON, 2023